martes, 29 de abril de 2014

ETIOPATOGENIA DE LAS • NEUMOCONIOSIS (I)

Las neumoconiosis se han considerado enfermedades profesionales durante mucho tiempo. Se han realizado grandes esfuerzos dirigidos a la investigación, la prevención primaria y el tratamiento médico. Pero los médicos y los higienistas informan de que el problema sigue presente, tanto en países industrializados como en vías de industrialización (Valiante, Richards y Kinsley 1992; Markowitz 1992). Dado que existen pruebas importantes de que los tres minerales industriales responsables de las neumoconiosis (amianto, carbón y sílice) continuarán teniendo cierta importancia económica, con la posible exposición que supone, se prevé que el problema continuará teniendo cierta importancia en todo el mundo, en particular entre las poblaciones con menos recursos de las pequeñas industrias y pequeñas instalaciones mineras. Las dificultades prácticas en la prevención primaria, o el conocimiento insuficiente de los mecanismos responsable de la inducción y la progresión de la enfermedad, son factores que posiblemente podrían explicar la presencia continua del problema.
La etiopatogenia de las neumoconiosis puede definirse como la evaluación y la comprensión de todos los fenómenos que ocurren en el pulmón después de la inhalación de partículas de polvo fibrogénicas. A menudo se encuentra en la literatura sobre este tema la expresión cascada de acontecimientos. La cascada es una serie de acontecimientos que comienza con la exposición y que, en último término, progresa hasta las formas más graves de la enfermedad. Si exceptuamos las formas raras de silicosis acele- rada, que pueden desarrollarse después de sólo algunos meses de exposición, la mayoría de las neumoconiosis se desarrolla tras períodos de exposición de décadas más que de años. Esto es especialmente cierto en la actualidad en los lugares de trabajo que adoptan medidas modernas de prevención.

lunes, 28 de abril de 2014

Certificados de defunción (III)

En las últimas décadas, se han publicado varios estudios de este tipo sobre la mortalidad de origen profesional en Canadá (Gallagher y cols. 1989), Gran Bretaña (Registrar General 1986) y Estados Unidos (Guralnick 1962, 1963a y 1963b). En los últimos años, Milham ha utilizado este método para analizar la distribución profesional de todos los varones que fallecieron entre 1950 y 1979 en el estado de Washington (Estados Unidos). Comparó la proporción de fallecimientos debidos a una causa específica en un grupo profesional con la correspondiente proporción en todas las profesiones. De esta forma obtuvo los al que pertenecía el fallecido. El coeficientes proporcionales de mortalidad (Milham 1983). Como ejemplo de los resultados que cabe obtener con este método, Milham observó que 10 de las 11 profesiones con probable exposición a campos eléctricos y magnéticos presentaban un mayor coeficiente proporcional de mortalidad por leucemia (Milham 1982). Este fue uno de los primeros estudios de la relación entre la exposición profesional a la radiación electromagnética y el cáncer, y ha ido seguido por muchos otros que han corroborado esas primeras observaciones (Pearce y cols 1985; McDowell 1983; Linet, Malker y McLaughlin 1988).
Como resultado del esfuerzo de colaboración entre el NIOSH, el National Cancer Institute y el National Center for Health Statistics durante el decenio de 1980, se han publicado recientemente los análisis de las pautas de mortalidad por profe- siones y sectores industriales entre 1984 y 1988 en 24 estados norteamericanos (Robinson y cols. 1995). En estos estudios se evaluaron 1,7 millones de fallecimientos. Los autores confir- maron algunas relaciones ya conocidas entre exposición y enfer- medad, y observaron nuevas asociaciones entre determinadas profesiones y ciertas causas específicas de mortalidad. Los autores insisten en que los estudios de mortalidad de origen profesional pueden ser útiles para señalar la necesidad de realizar estudios adicionales, evaluar los resultados de otros estu- dios e identificar oportunidades para la promoción de la salud. Más recientemente, Figgs y sus colegas del National Cancer Institute de Estados Unidos utilizaron esta base de datos de la mortalidad de origen profesional en 24 estados para analizar la relación entre ciertas profesiones y el linfoma no Hodgkin
(LNH) (Figgs, Dosemeci y Blair 1995). Se realizó un estudio de casos y controles que incluyó unos 24.000 fallecimientos por LNH que tuvieron lugar entre 1984 y 1989 y se confirmó el mayor riesgo de LNH en agricultores, mecánicos, soldadores, reparadores, operadores de máquinas y una serie de profesiones no manuales.


domingo, 27 de abril de 2014

Certificados de defunción (II)

En la Tabla 32.3 se indica también el número de fallecidos en Estados Unidos en 1990 por neumoconiosis y mesotelioma maligno de la pleura, cuando estas enfermedades aparecen como una de las causas múltiples de muerte en el certificado de defunción. En el caso de la neumoconiosis, un dato importante es el número total de certificados en el que aparece como una de las causas múltiples de muerte, ya que ésta suele coexistir con otras enfermedades pulmonares crónicas.
Es importante considerar el grado en que la neumoconiosis puede subestimarse y, por consiguiente, no aparecer en los certi- ficados de defunción. El análisis más extenso del infradiagnós- tico de neumoconiosis ha sido realizado por Selikoff y sus colaboradores (Selikoff, Hammond y Seidman 1979; Selikoff y Seidman 1991) entre los trabajadores de aislamientos en Estados Unidos y Canadá. Entre 1977 y 1986, 123 trabajadores de este tipo fallecieron por causas atribuidas al amianto en los certifi- cados de defunción. Cuando los investigadores analizaron las historias médicas, las radiografías de tórax y la patología tisular, atribuyeron a la asbestosis 259 casos de trabajadores de aisla- mientos fallecidos durante esos dos años. Por consiguiente, más de la mitad de la mortalidad por neumoconiosis se pasó por alto en este grupo, pese a que ya se sabía que presenta una elevada exposición al amianto. Lamentablemente, no existe un número suficiente de estudios sobre el infradiagnóstico de neumoconiosis en los certificados de defunción para poder realizar una correc- ción fiable de las estadísticas de mortalidad.
La mortalidad debida a otras causas no específicamente rela- cionadas con las exposiciones profesionales se ha utilizado también en el ámbito de la vigilancia de las enfermedades profe- sionales cuando en los certificados de defunción se indica la profesión o sector industrial análisis de estos datos en una región específica durante un cierto período puede facilitar información sobre la incidencia y preva- lencia de una enfermedad según sus causas en diferentes profe- siones y sectores industriales. Ciertamente, por esta vía no puede determinarse el efecto de los factores profesionales en los casos examinados. Sin embargo, las diferencias de incidencia de una enfermedad en distintas profesiones y sectores da a entender que algunos factores presentes en el lugar de trabajo podrían ser importantes y proporciona claves para realizar estudios más detallados. Otras ventajas de este enfoque son la posibilidad de estudiar profesiones que suelen desarrollarse en muchos lugares de trabajo diferentes (por ejemplo, instalación de cocinas o servi- cios de limpieza en seco), el uso de datos recopilados de manera sistemática, el mayor tamaño de la muestra, el coste relativa- mente bajo y la importancia del resultado para la salud (Baker, Melius y Millar 1988; Dubrow, Sestito y Lalich 1987; Melius, Sestito y Seligman 1989).

sábado, 26 de abril de 2014

Certificados de defunción (I)

El certificado de defunción es un instrumento que puede ser muy útil para la vigilancia de las enfermedades profesionales en muchos países del mundo. La mayoría de los países mantienen un registro de defunciones. Para aumentar la uniformidad y facilitar la comparación de los asientos, se promueve el uso de la Clasificación Internacional de Enfermedades para identificar la causa del fallecimiento. Es más, en muchos territorios, los certificados de defunción incluyen información sobre la profesión y el sector industrial en el que trabajaba el fallecido. Una limitación impor- tante en lo que atañe a la vigilancia de las enfermedades profesionales es la ausencia de una relación unívoca entre exposiciones profesionales y causas específicas de muerte.
El uso de los datos de mortalidad es más importante en el caso de enfermedades claramente causadas por exposiciones profesio- nales. Entre ellas hay que citar la neumoconiosis y un tipo de cáncer, el mesotelioma maligno de pleura. En la Tabla 32.3 se indica el número de fallecimientos que pueden atribuirse a estos diagnósticos como causa subyacente de muerte y como una de las varias causas de muerte que aparecen en los certificados de defunción en Estados Unidos. La causa subyacente de mortalidad se considera la principal causa de muerte, mientras que la lista de múltiples causas incluye todos los procesos que se consi- deran importantes como contribución a la muerte.
En 1991 se produjeron 1.237 fallecimientos como concecuencia de enfermedades pulmonares relacionadas con la expo- sición al polvo, entre ellos 693 fallecimientos por neumoconiosis en trabajadores del carbón y 269 fallecimientos por asbestosis. En el caso del mesotelioma maligno, se produjo un total de 452 fallecimientos por mesotelioma pleural. No se puede deter- minar el número de fallecimientos causados por mesotelioma maligno del peritoneo, también relacionado con la exposición profesional al amianto, ya que los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades no son específicos para el meso- telioma maligno en ese lugar.

viernes, 25 de abril de 2014

Centros especializados en medicina del trabajo

Un nuevo recurso en el campo de la vigilancia de la salud en el trabajo ha consistido en la creación de centros de medicina del trabajo no vinculados al lugar de trabajo y especializados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades profesionales. En la actualidad, existen varias decenas de centros de este tipo en Estados Unidos, que tienen encomendadas determinadas funciones para la mejora de la vigilancia de la salud en el trabajo.
(Welch 1989). La primera de ellas se refiere a la detección de casos —es decir, la identificación de episodios centinela relacionados con la salud en el trabajo—, dados sus conocimientos especializados en medicina del trabajo. En segundo lugar, pueden servir como laboratorios para el desarrollo
y perfeccionamiento de protocolos de seguimiento de las enfermedades profesionales. En tercer lugar, pueden actuar como recursos de remisión clínica primaria para el diagnóstico y la evaluación de trabajadores de lugares de trabajo en los que ya se haya producido un caso índice de una enfermedad profesional.
En Estados Unidos, los centros de medicina del trabajo han creado una asociación nacional (Association of Occupational and Environmental Clinics) para darse a conocer y para cola- borar en investigaciones científicas y clínicas (Welch 1989). En algunos estados, como el de Nueva York, el departamento de salud ha organizado una red de centros de este tipo que reciben financiación estable a través de un recargo en las primas del seguro de indemnización de los trabajadores (Markowitz y cols.
1989). Los centros correspondientes colaboran en el desarrollo de sistemas de información, la elaboración de protocolos clínicos, y la educación de los profesionales y están empezando a generar un considerable volumen de información sobre el número de casos de enfermedades profesionales en ese estado.

jueves, 24 de abril de 2014

Informes de los médicos (II)

Una prometedora innovación en el ámbito de la vigilancia de la salud en el trabajo en Estados Unidos es el nuevo concepto del proveedor centinela, que se encuadra en una iniciativa emprendida por el NIOSH, denominada Sistema de Notificación de Episodios Centinela para Riesgos Profesionales
(SENSOR). Se denomina proveedor centinela el médico o proveedor de asistencia sanitaria que prestará asistencia proba- blemente a los trabajadores con trastornos de origen profesional, debido a su especialidad o situación geográfica. Puesto que los proveedores centinela representan un pequeño conjunto dentro del total de los proveedores de asistencia sanitaria, les resulta fácil a los departamentos de salud organizar para ellos un sistema activo de notificación de enfermedades profesionales que abarque actividades de sensibilización, educación e información puntual. Según un reciente informe de tres estados que parti- cipan en el programa SENSOR, se consiguió que el número de informes médicos sobre el asma profesional aumentase rápida- mente cuando los departamentos de salud establecieron programas concertados de educación y sensibilización para identificar y reclutar a proveedores centinela (Matte, Hoffman and Rosenman 1990).

miércoles, 23 de abril de 2014

Dosis media ponderada en el tiempo.

La dosis media ponderada en el tiempo es el índice de exposición acumulada dividido por el tiempo total de empleo. En cualquier diseño de casos y controles emparejados, este valor corresponde a la dosis media durante el tiempo total de empleo. Es diferente a la dosis media, ya que ésta corresponde a la media sólo durante el tiempo total de exposición real. Por consiguiente, la dosis media ponderada en el tiempo puede considerarse como una exposición media por unidad de tiempo durante todo el período de empleo con independencia de la exposición per se.

martes, 22 de abril de 2014

Dosis máxima.

. La dosis máxima se determina analizando la historia laboral de un trabajador para determinar la dosis máxima de exposición a la que ha estado expuesto dicho traba- jador durante al menos 7 días seguidos durante el período de observación. La dosis máxima podría representar de manera incorrecta la exposición durante toda la vida laboral de una persona, porque su cálculo se basa en un procedimiento de maximización en lugar de promediación y, por consiguiente, no incluye entre sus unidades la duración de la exposición.

lunes, 21 de abril de 2014

Dosis media.

La dosis media es la suma de los productos de la dosis y la duración de la exposición en cada uno de los sucesivos puestos de trabajo (p. ej., es decir, el índice de exposición acumu- lada) dividida por el tiempo total de exposición a cualquier dosis mayor de cero. La dosis media no incluye el tiempo entre sus unidades; esa medida será similar para una persona expuesta durante un largo período a una dosis pequeña que para una persona expuesta durante un corto período a una dosis elevada. Si se utiliza un diseño de casos y controles emparejados, la dosis media corresponde a la dosis media de exposición por unidad de tiempo de exposición. Se trata de una dosis media durante todo el tiempo real de exposición al agente considerado.

domingo, 20 de abril de 2014

Indice de exposición acumulada.

. El índice de exposición acumulada es equivalente a la “dosis” en los estudios toxicológicos y representa la suma, durante toda una vida laboral, de los productos de la dosis y la duración de la exposición en cada uno de los sucesivos puestos de trabajo. El tiempo se incluye entre sus unidades.

sábado, 19 de abril de 2014

MEDIDAS QUE RESUMEN LA EXPOSICION DURANTE TODA UNA VIDA LABORAL (I)

Los investigadores pueden considerarse afortunados cuando tienen a su disposición una cronología detallada de las experien- cias de los trabajadores durante toda su vida laboral, que les ofrece una revisión histórica de los puestos de trabajo que han ocupado a lo largo de su vida. Para estos trabajadores, puede crearse una matriz de empleo-exposición, que permite asociar todos los puestos de trabajo que ha ocupado un trabajador con información específica sobre la exposición.
Las historias detalladas de la exposición deben resumirse con fines analíticos para detectar pautas evidentes que podrían causar problemas de salud y seguridad en el lugar de trabajo. Podemos imaginar una lista de, por ejemplo, 20 puestos de trabajo que un trabajador ha ocupado a lo largo de toda su vida profesional. Existen varias formas de resumir los datos sobre la ejemplo) teniendo en cuenta la duración y/o la concentración, dosis o nivel de exposición.
Sin embargo, conviene recordar que las conclusiones de un estudio pueden ser diferentes según el método elegido (Suárez- Almazor y cols. 1992). En la Tabla 28.1, se ofrece el ejemplo de cinco medidas que resumen la exposición a lo largo de toda la vida profesional de un trabajador.

viernes, 18 de abril de 2014

El enigma de los países en desarrollo

Los países en desarrollo no suelen apoyar la adopción de las normas sobre medio ambiente de los países desarrollados. En algunos casos, sus detractores señalan que la soberanía nacional permite a cada nación elaborar sus propias normas. En otros, existe un arraigado resentimiento hacia cualquier influencia exte- rior, sobre todo cuando ésta procede de países que han aumen- tado su nivel de vida gracias a las actividades industriales que ahora se trata de regular. Los países en desarrollo adoptan una postura según la cual ya formularán políticas de regulación más estrictas cuando hayan alcanzado el nivel de vida de los países desarrollados. Si se pide a éstos que trasladen a aquéllos indus- trias con tecnologías respetuosas con el medio ambiente, el interés del traslado de empresas disminuye drásticamente.

jueves, 17 de abril de 2014

Traslado de costes a los países en desarrollo

La experiencia de los países industrializados respecto a los costes de los programas de medio ambiente y seguridad en el trabajo es que una parte considerable de la carga financiera está trasladán- dose a países de reciente industrialización. El coste de posibles accidentes, como el de Bophal, la atenuación de los daños al medio ambiente y los efectos sobre la salud pública no suelen analizarse abiertamente en los países en desarrollo. Las conse- cuencias de la mundialización de la industria pueden ser el origen de conflictos internacionales generalizados cuando se hagan más evidentes las repercusiones económicas a largo plazo del despla- zamiento de empresas.

miércoles, 16 de abril de 2014

Migración de las enfermedades y daños profesionales a los países en desarrollo

La incidencia de las enfermedades profesionales ha alcanzado un nivel sin precedentes. La Organización de las Naciones Unidas estima que se producen 6 millones de casos cada año en el mundo. Las enfermedades profesionales por trabajador expuesto se dan con mayor frecuencia en los países en desarrollo y, lo que es más importante, su gravedad ha aumentado. En algunos de estos países, el amianto es la principal causa de enfermedad y discapacidad de los trabajadores de la minería, la construcción y la producción de este mineral y, de acuerdo con algunas estimaciones, también de muerte. Los riesgos profesionales y medioam- bientales que plantean los productos a base de amianto no disuaden a las empresas que los fabrican de promoverlos en los países en desarrollo, donde la demanda de materiales de cons- trucción de bajo coste prevalece sobre la preocupación por la salud.
Las operaciones de fundido y refinado del plomo están trasla- dándose de los países desarrollados a los países en desarrollo. Así ocurre también con el reciclado de productos de plomo, que tiende a desplazarse a las naciones menos favorecidas, a menudo poco preparadas para afrontar los riesgos medioambientales y profesionales que genera. Actualmente, el número de fundi- ciones de plomo en los países industrializados es escaso, ya que esta actividad se ha trasladado a los países de reciente industria- lización. Muchos de los procesos relacionados con esta actividad se llevan a cabo en países con tecnologías inalteradas desde hace un siglo. Aunque los países desarrollados presuman de los logros alcanzados en el reciclado del plomo, en casi todos los casos este proceso se realiza en países en desarrollo y el plomo reciclado regresa a aquéllos como producto acabado.
En los Estados en desarrollo, los gobiernos y las empresas aceptan los materiales peligrosos sabiendo que es imposible que se legislen o apliquen unos niveles de exposición razonables. La gasolina, las pinturas, la tinta y los tintes, las pilas y muchos otros productos que contienen plomo son producidos en dichos países por empresas que suelen ser propiedad de extranjeros y que posteriormente los venden en el mercado internacional.
En los países en desarrollo, donde la mayoría de los trabaja- dores se dedican a la agricultura, los pesticidas se aplican manualmente. En el sudeste de Asia se registran cada año tres millones de casos de intoxicación por pesticidas (Jeyaratnam 1992). La mayor parte de la fabricación de estas sustancias en dichos países corresponde a empresas de propiedad extranjera o empresas locales con participación de capital extranjero. La utilización de pesticidas en estos países aumenta con rapidez, a medida que la población conoce las ventajas que ofrecen a la industria agraria y mejora la capacidad de producción en el propio país. Pesticidas como el DDT y el dibromocloropropano (DBCP), prohibidos en la mayoría de los Estados desarrollados, se venden y utilizan con profusión y sin restricciones en los países en desarrollo. Cuando los riesgos para la salud ocasionan la retirada de un pesticida del mercado de un país desarrollado, suele encontrarse un modo para que el producto en cuestión acceda a los mercados desregulados de los países en desarrollo.
El químico es uno de los sectores industriales de más rápido crecimiento en la economía mundial emergente. Las empresas químicas de los países desarrollados se han extendido por todo el mundo. Muchas de las de menor tamaño se trasladan a los países en desarrollo y convierten a esta industria en uno de los principales factores de contaminación medioambiental. Con el crecimiento de la población y la industrialización en las regiones más desfavorecidas de la tierra, aumenta la demanda de pesti- cidas, fertilizantes químicos y otras sustancias químicas indus- triales. Además, para agravar este problema, las sustancias químicas prohibidas en los países desarrollados se fabrican en cantidades cada vez mayores en los países de reciente industriali- zación. El DDT es un ejemplo evidente. Su producción alcanza niveles sin precedentes, a pesar de que su producción y utiliza- ción son ilegales en la mayoría de los países desarrollados desde los años 70.

martes, 15 de abril de 2014

El empeoramiento de la salud ambiental y laboral en los países en desarrollo

Muy pocos países en desarrollo tienen una normativa aplicable en materia de trabajo y medio ambiente. Deben ocuparse de problemas más acuciantes, como el desempleo, la desnutrición y las enfermedades infecciosas, lo que a menudo les lleva a pasar por alto los riesgos ambientales. Los países de reciente industriali- zación están ansiosos por obtener los beneficios financieros que las empresas y los inversores extranjeros les reportan. No obstante, estos beneficios llevan aparejados problemas sociales y ecológicos.
Los positivos resultados económicos y sociales de la actividad industrial en los países en desarrollo van acompañados de una grave degradación medioambiental. Las ciudades principales de estos Estados comienzan a acusar las consecuencias de la conta- minación atmosférica, la ausencia de tratamiento y depuración de las aguas residuales y el aumento de las cantidades de residuos peligrosos enterrados, depositados sobre el terreno o vertidos en ríos y océanos. Muchos países del mundo carecen de una normativa sobre medio ambiente y, cuando existe, su aplica- ción es escasa o nula.
La población activa de los países en desarrollo está acostum- brada a trabajar en pequeñas empresas. En general, cuanto más pequeñas, mayor es la tasa de accidentes y enfermedades profesionales. Estas unidades de producción se caracterizan por la inseguridad de los edificios y otras estructuras, la antigüedad de la maquinaria utilizada, las deficiencias de ventilación, el ruido, el bajo nivel de educación, cualificación y formación de los trabajadores y la escasez de recursos financieros. Rara vez disponen de prendas de protección, equipos respiratorios, guantes, protectores auditivos y gafas de seguridad. Las empresas suelen resultar inaccesibles a las inspecciones de los organismos públicos competentes en materia de salud y segu- ridad. En muchos casos, funcionan como una “industria sumergida” formada por empresas que ni siquiera están registradas por la Administración a efectos tributarios.
La opinión pública basa su idea de las empresas en el extranjero en las grandes multinacionales. Sin embargo, mucho más habituales que estos gigantes industriales son los miles de pequeñas empresas propiedad de extranjeros y gestionadas o supervisadas por directivos locales. La capacidad de la mayoría de los gobiernos extranjeros para regular estas empresas o incluso controlar el transporte de productos y materiales es extremadamente limitada. En general, las empresas trasladadas se adaptan al cumplimiento de las normas en materia de medio ambiente y de salud y seguridad en el trabajo vigentes en el país de acogida. En consecuencia, las tasas de fallecimiento de traba- jadores en los países de reciente industrialización son muy supe- riores a las de los países desarrollados y sus tasas de accidentes en el lugar de trabajo son semejantes a las registradas en estos últimos en los primeros años de la Revolución Industrial. En este sentido, puede decirse que la Revolución Industrial está produciéndose de nuevo, pero el número de trabajadores y países que participan en ella es mucho mayor.
Casi todo el crecimiento de la población mundial se concentra en los países en desarrollo. Actualmente, la población activa en estos países asciende a unos 1.760 millones de personas, pero llegará a 3.100 millones en el 2025, lo que conlleva la necesidad de crear de 38 a 40 millones de nuevos puestos de trabajo por año (Kennedy 1993). En esta situación, no es muy probable que los trabajadores demanden una mejora de las condiciones de trabajo.


lunes, 14 de abril de 2014

Predicciones de reducción de los estudios sobre salud en el trabajo

El traslado de las empresas de semiconductores de Estados Unidos y Japón al sudeste asiático es manifiesto en un país de reciente industrialización como Malasia. Desde mediados de los años 70, este país se ha convertido en el tercer fabricante y el mayor exportador de semiconductores del mundo. Es muy poco probable que las empresas extranjeras sigan financiando la inves- tigación en materia de salud en el trabajo y medio ambiente en un país lejano en el que emplean a trabajadores extranjeros. El ahorro obtenido por estos fabricantes de semiconductores aumentará gracias a la posibilidad de desatender los aspectos relativos a la salud y la seguridad, siguiendo la orientación de sus competidores internacionales. Los gobiernos y las empresas de los países de reciente industrialización harán caso omiso de la tasa de abortos de las trabajadoras de la industria de los semiconduc- tores. La mayoría de los trabajadores no reconocerán la asocia- ción entre trabajo y aborto.

domingo, 13 de abril de 2014

Elección de un modelo de servicio de salud en el trabajo

La decisión primaria de establecer o no un servicio de salud en el trabajo puede venir determinada por la ley, por el contrato entre la dirección y los trabajadores o por la preocupación de la direc- ción por la salud y la seguridad de éstos. Aunque la conciencia del valor que tiene un servicio de salud en el trabajo para el mantenimiento del aparato productivo induce a muchas empresas a la prestación de estos servicios, otras veces influyen consideraciones económicas, tales como el control del coste de las prestaciones indemnizatorias a los trabajadores, la evitación del absentismo por enfermedad y la discapacidad, la jubilación anti- cipada por causas sanitarias, las multas reglamentarias, las recla- maciones judiciales, etc.
El modelo de prestación de servicios de salud en el trabajo puede venir prescrito por normas legales o reglamentarias, ya sean de carácter general o exclusivamente aplicables a determi- nados sectores. Este suele ser el caso del modelo de seguridad social, en el que las empresas clientes no tienen otras opciones.
En la mayoría de los casos, el modelo elegido viene determi- nado por factores tales como el tamaño de la mano de obra y sus características demográficas, el tipo de trabajo que realizan y los peligros del lugar de trabajo a que se enfrentan, la ubicación del lugar de trabajo, el tipo y calidad de los servicios sanitarios disponibles en la comunidad y, tal vez lo más importante, la holgura económica de la empresa y su capacidad para prestar el apoyo económico necesario.
En algunos casos la empresa crea un servicio mínimo que va ampliándose y multiplicando sus actividades a medidas que demuestra su valía y consigue la aceptación de los trabajadores. Son pocos los estudios comparativos realizados hasta el momento sobre el funcionamiento de los diversos modelos de servicios de salud en el trabajo en diversas circunstancias.

sábado, 12 de abril de 2014

Modelo de seguridad social

En Israel, México, España y algunos países africanos, por ejemplo, la prestación de servicios de salud en el trabajo corre a cargo de servicios especializados creados y gestionados por el sistema de seguridad social.
En Israel, este modelo es básicamente similar en su estructura y funcionamiento al modelo colectivo, mientras que en el resto de los casos está más orientado a la asistencia sanitaria curativa. Su característica básica es que está gestionado por la organiza- ción responsable de la indemnización a los trabajadores en caso de lesión o enfermedad profesional. Aunque se prestan servicios curativos y de rehabilitación, el énfasis en el control de los costes de seguridad social ha llevado a dar prioridad a los servicios preventivos.

viernes, 11 de abril de 2014

Ser vicios de asistencia sanitaria primaria

Los servicios de asistencia sanitaria primaria suelen ser creados por autoridades municipales u otro tipo de autoridades locales o bien por el servicio nacional de salud y suelen prestar tanto servi- cios preventivos como asistencia sanitaria primaria. Se trata de un modelo decididamente recomendado por la OMS para la prestación de servicios a pequeñas empresas y especialmente a empresas agrícolas, al sector informal y a los trabajadores autó- nomos. Dado que las enfermeras y los médicos generales suelen carecer de experiencia y conocimientos especializados en materia de salud en el trabajo, el éxito depende crucialmente de la cantidad de formación que pueda proporcionárseles.
Una ventaja de este modelo es la buena cobertura del país y su ubicación en las comunidades en las que viven y trabajan las personas a las que prestan sus servicios. Este aspecto resulta especialmente conveniente en la prestación de servicios a los trabajadores agrícolas y autónomos.
Un inconveniente es su concentración en los servicios sanita- rios curativos generales y en la atención a urgencias, con la consiguiente limitación de la capacidad para realizar la vigi- lancia del medio ambiente de trabajo y de establecer las medidas preventivas necesarias en el lugar de trabajo. La experiencia de Finlandia, en donde los grandes servicios de asistencia sanitaria primaria emplean equipos de especialistas para prestar servicios de salud en el trabajo, es, no obstante, muy positiva. En China se han ensayado nuevos e interesantes modelos de prestación de servicios de salud en el trabajo por parte de los servicios de asis- tencia sanitaria primaria el área de Shanghai.

jueves, 10 de abril de 2014

Centros sanitarios privados

En el modelo de centros sanitarios privados, existe un servicio normalmente organizado por un grupo de médicos (puede ser una empresa privada que contrata a los médicos) para prestar diversos tipos de servicios sanitarios ambulatorios y en ocasiones hospitalarios. Los centros más grandes suelen tener personal interdisciplinario y en ocasiones ofrecen servicios de fisioterapia e higiene industrial, mientras que los más pequeños suelen limitarse
a prestar servicios médicos.
Al igual que en el modelo de la consulta hospitalaria, la rela- ción prestador-cliente con las empresas participantes puede obstaculizar la aplicación del principio de participación de la empresa y el trabajador en la formulación de las políticas y procedimientos.
En algunos países se ha criticado a los centros sanitarios privados por orientarse en exceso a los servicios clínicos cura- tivos prestados por los médicos, crítica justificada en el caso de los centros más pequeños, donde los servicios son prestados por médicos generales en lugar de profesionales sanitarios especiali- zados en la práctica de la salud en el trabajo.

miércoles, 9 de abril de 2014

Consultas exter nas del hospital

Las consultas externas del hospital y el servicio de urgencias prestan tradicionalmente sus servicios a los trabajadores lesio- nados o enfermos que los solicitan. Un notable inconveniente es la falta de conocimientos especializados sobre las enfermedades profesionales por parte del personal regular y los médicos de servicio. En algunos casos, como se ha señalado anteriormente, los servicios de salud en el trabajo han alcanzado acuerdos con los hospitales locales para la prestación de determinados servicios especializados con el fin de salvar la brecha mediante la colabora- ción en la asistencia o la formación del personal del hospital en el tipo de casos que les pueden ser remitidos.
Más recientemente, los hospitales han comenzado a gestionar servicios o consultas específicas de salud en el trabajo, que comparten las ventajas de los grandes servicios internos o colec- tivos anteriormente descritos. Estas consultas están integradas por médicos especializados en salud en el trabajo, quienes en ocasiones realizan también investigaciones relativas a los problemas que detectan.
En Suecia, por ejemplo, hay ocho consultas regionales de medicina del trabajo, varias de las cuales están asociadas a facul- tades de medicina, que prestan sus servicios a empresas de diversas comunidades. Varias de ellas tienen una unidad especial para atender a pequeñas empresas.
Una diferencia significativa entre los servicios colectivos y los de base hospitalaria es que, en el caso de aquéllos, las empresas participantes suelen compartir su propiedad y ostentan el poder de decisión sobre su funcionamiento, mientras que estos últimos funcionan como policlínicas públicas o privadas, manteniendo una relación de tipo prestador-cliente con sus empresas clientes. Esto limita, por ejemplo, el grado de influencia de la participa- ción y colaboración entre empresas y trabajadores sobre la gestión del servicio.

martes, 8 de abril de 2014

Tendencias

La ampliación de los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo permite abordar cuestiones distintas de las tradi- cionales, esto es, las referentes al abuso de alcohol y las drogas, la nutrición, el peso, el consumo de tabaco, el ejercicio y el estrés. De hecho, las actividades se centran actualmente en una gama de cuestiones más amplia, desde el embarazo sano y la menopausia hasta la vida con enfermedades crónicas como la artritis, la depresión o la diabetes. Cada vez se presta más atención a la mejora de la salud mental. Por ejemplo, en el marco de los programas patrocinados por las empresas, se desarrollan cursos o actividades de “optimización de la comunicación interpersonal”, “consolidación de la autoestima”, “mejora de la productividad personal en el trabajo y en el hogar” o “superación de la depresión”.
Otra tendencia se refiere a la ampliación de la oferta de servi- cios de asesoramiento e información sanitaria. El asesoramiento individual y en grupo puede complementarse con el realizado por compañeros, con el aprendizaje basado en medios informá- ticos y con la utilización de CD interactivos. El reconocimiento de la multiplicidad de estilos de aprendizaje se ha manifestado en la ampliación de las modalidades de prestación con objeto de aumentar la eficacia y mejorar la coordinación entre dichos estilos, las preferencias individuales y los enfoques pedagógicos. Esta diversificación de la oferta permite a las personas elegir el entorno, la intensidad y el formato educativo que mejor se adaptan a sus hábitos de aprendizaje.
Actualmente, la educación sanitaria y el asesoramiento están al alcance de un número cada vez mayor de trabajadores de grandes empresas, incluidos los que desarrollan su actividad en lugares alejados y tienen pocos compañeros y los que trabajan en su domicilio. Los envíos por correo y la vía telefónica, en su caso, pueden facilitar tales avances. La ventaja de estas modali- dades consiste en que mejora la equidad, debido a la armoniza- ción de las condiciones de los trabajadores de las filiales y de la sede central. En ocasiones, hay que citar como inconveniente la reducción de los contactos con los profesionales de promoción de la salud.

lunes, 7 de abril de 2014

Evaluación

Las iniciativas de evaluación abarcan desde los comentarios anecdóticos de los trabajadores hasta el empleo de complejas metodo- logías cuyas características justifican su inclusión en publicaciones contrastadas. Pueden centrarse en los procesos o en los resul- tados. Por ejemplo, la evaluación de un determinado proceso permite valorar la ejecución del programa, el número de trabaja- dores participantes y la opinión de éstos al respecto. Las evalua- ciones de resultados tienen como objetivo los cambios en el estado de salud, como la frecuencia o el nivel de un determinado factor de riesgo, ya sea autodeclarado (p. ej., nivel de ejercicio) u objetivamente evaluado (p. ej., hipertensión). La evaluación puede centrarse también en aspectos económicos como los vincu- lados a la utilización y el coste de los servicios de asistencia sani- taria, al absentismo o a la incapacidad, esté relacionada con el trabajo o no.
La evaluación puede cubrir únicamente a los participantes en el programa o a la totalidad de los trabajadores sometidos a riesgo. En el primer caso permite tratar aspectos relativos a la eficacia de una determinada intervención, mientras que en el segundo determina la eficacia con que se han reducido los factores de riesgo en una población total. Mientras que en algunas evaluaciones (la mayoría) sólo se analizan los esfuerzos dedicados a la modificación de un factor de riesgo, en otras se estudian los efectos simultáneos de diversas intervenciones. Tras examinar 48 estudios publicados en los que se evalúan los resul- tados de programas globales de promoción de la salud y preven- ción de la enfermedad en el lugar de trabajo, se observó que
47 de ellos registraban resultados sanitarios positivos (Pelletier
1991). Muchos de estos estudios presentan deficiencias significa- tivas de diseño, metodología o análisis. Con todo, su unanimidad respecto a las conclusiones favorables y los resultados optimistas de los mejor diseñados indican que los efectos reales se aproximan a los deseados. Queda por aclarar su reproductibi- lidad en programas semejantes, la persistencia de los efectos observados inicialmente y la posibilidad de que su valoración estadística alcance significación médica. Además, las pruebas de eficacia son mucho más sólidas para algunos factores de riesgo como el consumo de tabaco y la hipertensión, que para la acti- vidad física, las prácticas nutricionales y los factores de salud mental, incluido el estrés.

domingo, 6 de abril de 2014

Tecnología

Las tecnologías aplicables van desde los materiales de autoayuda, como libros, folletos y cintas de audio y vídeo tradicionales, hasta el software de aprendizaje y CD interactivo. La mayor parte de los programas exigen un contacto interpersonal a través de clases, conferencias o seminarios o de la formación y los consejos ofre- cidos individualmente en el lugar de trabajo, por vía telefónica o incluso a través del ordenador. Asimismo, en ocasiones se utilizan grupos de autoayuda.
Los sistemas informáticos de recogida de datos son esenciales para la eficacia del programa, ya que se utilizan en diversas funciones de gestión (elaboración de presupuestos y utilización de recursos, cronograma/calendario, seguimiento individual, evaluación de procesos y resultados). Otras aplicaciones tecnoló- gicas adoptan modalidades más complejas, tales como un meca- nismo de conexión bioinformática para registrar medidas fisiológicas (p. ej., presión arterial, agudeza visual) o incluso la participación del sujeto en el propio programa (p. ej., asistencia a una instalación de capacitación física para el trabajo). Se están probando equipos informáticos de aprendizaje portátiles para evaluar su capacidad de mejora de los cambios de comportamiento.

sábado, 5 de abril de 2014

Prestación de los programas

La prestación de los programas de promoción de la salud, ya sean patrocinados por la empresa o por los trabajadores, pueden enco- mendarse a distintas personas. En las grandes organizaciones, sobre todo en aquéllas en que las concentraciones geográficas de trabajadores son significativas, se encomienda a los propios empleados a tiempo completo y a tiempo parcial (personal de enfermería, educadores sanitarios, psicólogos, fisioterapéutas, etc.) la gestión del programa. Otras veces se acude a personal externo, a consultores individuales o a miembros de organiza- ciones que ofrecen especialistas en una amplia gama de disciplinas, tales como hospitales, organizaciones voluntarias (p. ej., la American Heart Association), empresas de promoción de la salud que ofrecen programas de detección precoz, de mejora de la capacidad física para el trabajo, de gestión del estrés, de nutrición y otros, y gestoras de la asistencia. Los materiales utilizados en los programas proceden de estas fuentes o se elaboran internamente. En ocasiones, las organizaciones de trabajadores llevan a cabo sus propios programas para sus miembros o prestan ciertos servicios de promoción de la salud en asociación con la empresa.
Son muchos los programas de educación y formación que se han elaborado para preparar a los estudiantes y a los profesio- nales de la salud en la planificación, ejecución y evaluación de los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo. Muchas universidades ofrecen cursos al respecto y algunas han creado una asignatura o un área de especialización concreta sobre “promoción de la salud en el lugar de trabajo”. Tanto instituciones educativas públicas y privadas como organiza- ciones profesionales imparten un número considerable de cursos de formación continuada sobre el trabajo en el entorno de la empresa, la gestión de programas y los avances tecnológicos. Para ser eficaces, los responsables deben comprender el contexto concreto, las limitaciones y las actitudes asociadas con los entornos de trabajo. Al planificar y ejecutar los programas, deben tener en cuenta las políticas específicas del tipo de empleo y del lugar de trabajo, así como las cuestiones pertinentes rela- tivas a las relaciones laborales, los horarios de trabajo, las estruc- turas organizativas formales e informales, además de la cultura, las normas y las expectativas empresariales.


viernes, 4 de abril de 2014

Trabajadores con necesidades especiales

Una parte significativa de la población activa, sobre todo si se incluye un gran número de trabajadores de edad avanzada, padece al menos una enfermedad crónica, como diabetes, artritis, depresión, asma o lumbalgia. Además, otra parte importante de la población se considera expuesta a un alto riesgo de padecer un problema de salud grave, como una enfermedad cardiovascular, debido al agravamiento de factores de riesgo, como el nivel total de colesterol en sangre, la hipertensión, el consumo de tabaco, una obesidad significativa o un alto nivel de estrés.
Es posible que estas poblaciones utilicen los servicios de salud con una frecuencia excesiva, generen costes por sus gastos en prestaciones sanitarias y den lugar a pérdidas de productividad, pero tales efectos pueden atenuarse mediante iniciativas preven- tivas. De hecho, los programas de educación y asesoramiento destinados a paliar estas enfermedades y riesgos son cada vez más habituales. Suelen basarse en la intervención de personal de enfermería con formación específica (o, más raramente, educa- dores sanitarios o dietistas) con objeto de ayudar a poner en práctica y mantener los cambios de comportamiento necesarios y colaborar más estrechamente con el médico de atención primaria en la utilización de medidas médicas apropiadas, sobre todo en lo que se refiere al consumo de medicamentos.

jueves, 3 de abril de 2014

Pruebas sobre el gusto

La psicofísica es la medición de la respuesta a un estímulo sensorial aplicado. Las determinaciones de “umbrales”, o pruebas para hallar la concentración mínima que puede percibirse con fiabilidad, son menos útiles en el gusto que en el olfato, por la mayor variabilidad que muestra el primero en la población general. Pueden obtenerse umbrales separados para detectar sustancias sápidas y para el reconocimiento del sabor. Las pruebas de supraumbrales evalúan la capacidad del sistema para funcionar en niveles superiores al umbral y pueden aportar más informa- ción sobre la experiencia de sabor en el “mundo real”. Los ensayos de discriminación, en los que se obtiene información sobre la diferencia entre sustancias, pueden detectar cambios sutiles en la capacidad sensorial. Con las pruebas de identifica- ción pueden obtenerse resultados distintos a los que se deter- minan con las pruebas de umbral en el mismo individuo. Por ejemplo, una persona con una lesión del sistema nervioso puede ser capaz de detectar y valorar las sustancias sápidas, pero sin identificarlas. En las pruebas de sabor puede valorarse el sabor en toda la boca agitando las sustancias por toda la cavidad oral o realizarse el ensayo en áreas de sabor específicas dirigiendo gotas de las sustancias hacia la zona o aplicando papel de filtro empa- pado estas mismas sustancias.

miércoles, 2 de abril de 2014

Causas no profesionales

En el diagnóstico diferencial deben considerarse otras causas de alteraciones del gusto: trastornos congénitos/genéticos, endo- crinos/metabólicos o gastrointestinales; enfermedades hepáticas; efectos yatrogénicos; infecciones; trastornos orales locales; cáncer; trastornos neurológicos; trastornos psiquiátricos; enfermedad renal; y síndrome de Sjögren/boca seca. (Deems, Doty y Settle 1991; Mott y Leopold 1991; Mott, Grushka y Sessle 1993).

martes, 1 de abril de 2014

Traumatismo craneal

Durante las actividades laborales se producen traumatismos craneales que pueden alterar el sistema del gusto. Aunque quizá sólo el 0,5 % de los pacientes con traumatismos craneales refieren pérdida del gusto, la frecuencia de disgeusia puede ser muy superior (Mott, Grushka y Sessle 1993). La pérdida de sabor, cuando se produce, es probablemente específica o localizada, y a veces el sujeto ni siquiera la percibe. El pronóstico de la pérdida de gusto apreciada de forma subjetiva es mejor que el pronóstico de la pérdida de olfato.