viernes, 4 de enero de 2013

Informes de los médicos (II)

Una prometedora innovación en el ámbito de la vigilancia de la salud en el trabajo en Estados Unidos es el nuevo concepto del proveedor centinela, que se encuadra en una iniciativa emprendida por el NIOSH, denominada Sistema de Notificación de Episodios Centinela para Riesgos Profesionales (SENSOR). Se denomina proveedor centinela el médico o proveedor de asistencia sanitaria que prestará asistencia probablemente a los trabajadores con trastornos de origen profesional, debido a su especialidad o situación geográfica. Puesto que los proveedores centinela representan un pequeño conjunto dentro del total de los proveedores de asistencia sanitaria, les resulta fácil a los departamentos de salud organizar para ellos un sistema activo de notificación de enfermedades profesionales que abarque actividades de sensibilización, educación e información puntual. Según un reciente informe de tres estados que participan en el programa SENSOR, se consiguió que el número de informes médicos sobre el asma profesional aumentase rápidamente cuando los departamentos de salud establecieron programas concertados de educación y sensibilización para identificar y reclutar a proveedores centinela (Matte, Hoffman and Rosenman 1990).

jueves, 3 de enero de 2013

Informes de los médicos (I)

En un intento de imitar la estrategia utilizada con éxito para la vigilancia y el control de las enfermedades infecciosas, un número cada vez mayor de estados ha impuesto a los médicos la obliga- ción de declarar determinadas enfermedades profesionales
(Freund, Seligman and Chorba 1989). En 1988, 32 estados exigían a los médicos dicha notificación, aunque en 10 de ellos tal obligación se limitaba a una enfermedad profesional concreta, normalmente la intoxicación por plomo o por plaguicidas. En otros estados, como Alaska y Maryland, se extendía a la totalidad de las enfermedades profesionales. En la mayoría de los estados, las notificaciones se utilizan únicamente para el recuento de personas afectadas. Sólo en la tercera parte de los estados que han impuesto la notificación, la remisión de un informe de enfer- medad profesional da lugar a alguna actividad de seguimiento, como la inspección del lugar de trabajo (Muldoon, Wintermeyer
y Eure 1987).
Pese al mayor interés que se ha suscitado por la salud en el trabajo en los últimos tiempos, la notificación oficial de enfermedades profesionales por parte de los médicos es deficiente
(Pollack y Keimig 1987; Wegman y Froines 1985). Incluso en California, estado en el que existe desde hace varios años un sistema de este tipo (Primer Informe del Médico sobre Enfermedades y Lesiones Profesionales) y en el que se registraron casi
50.000 enfermedades profesionales en 1988, el cumplimiento de este requisito de notificación por parte de los médicos se consi- dera insuficiente (BLS 1989).

miércoles, 2 de enero de 2013

Informes de los laboratorios

Los laboratorios clínicos pueden constituir una excelente fuente de información sobre la presencia de niveles excesivos de una serie de toxinas en los líquidos corporales. Ofrecen la ventaja de que pueden informar puntualmente sobre dichas alteraciones, sobre los programas de control de calidad existentes y sobre los requisitos que les impongan los organismos públicos para la concesión de la correspondiente licencia a los laboratorios. En Estados Unidos, muchos estados les exigen la notificación de los resultados de los análisis practicados en una serie de muestras. Los agentes de uso industrial sometidos a este requisito de notificación son el plomo, el arsénico, el cadmio y el mercurio, así como las sustancias que reflejan exposición a plaguicidas.
(Markowitz 1992).
En Estados Unidos, el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) empezó en 1992 a recopilar los resultados de los análisis de los niveles plasmáticos de plomo en adultos dentro del programa de Vigilancia y Epidemiología del Plomo en la Sangre de Adultos (Chowdhury, Fowler y Mycroft 1994). A finales de 1993, 20 estados que representaban el 60 % de la población de Estados Unidos exigían ya la notificación al NIOSH de los niveles plasmáticos elevados de plomo y otros
10 estados estaban desarrollando un sistema de recogida y notificación de datos al respecto. En 1993 había 11.240 adultos con niveles plasmáticos de plomo iguales o superiores a 25 microgramos por decilitro de sangre en los 20 estados que exigían su notificación. La gran mayoría de las personas afec- tadas (más del 90 %) se veían expuestas al plomo en sus respec- tivos lugares de trabajo. Casi la cuarta parte de ellas (3.199) presentaban niveles plasmáticos superiores o iguales a 40 ug/dl, el límite umbral al que la Occupational Safety and Health Admi- nistration exige la adopción de medidas para proteger a los trabajadores contra la exposición al plomo en el lugar de trabajo. La notificación de elevados niveles de toxinas al correspondiente departamento estatal de salud puede ir seguida por investigaciones de salud pública. Las entrevistas confidenciales para el seguimiento de las personas afectadas permiten la rápida identificación de los lugares de trabajo en el que se produce la exposición, la clasificación del caso según el trabajo y el sector industrial, la estimación del número de otros trabajadores poten- cialmente expuestos en ese lugar de trabajo y la garantía de un seguimiento médico adecuado (Baser y Marion 1990). Tras las visitas al lugar de trabajo, pueden recomendarse medidas volun- tarias para reducir la exposición o, en caso necesario, informar a las autoridades competentes para que obliguen a aplicar la ley.

martes, 1 de enero de 2013

Informes sobre la indemnización de los trabajadores

Los sistemas de indemnización de los trabajadores constituyen una herramienta para la vigilancia de la salud en el trabajo que resulta en principio atractiva, ya que se supone que, en este caso, la relación entre la enfermedad y el trabajo ha sido sometida al

análisis de expertos. Este tipo de sistemas suelen registrar los casos de enfermedades agudas cuya causa es fácil de determinar, como intoxicaciones, inhalación aguda de toxinas respiratorias o dermatitis.
Lamentablemente, el uso de estos registros como fuente fide- digna de datos para la vigilancia de la salud en el trabajo presenta graves limitaciones, tales como la ausencia de unos requisitos normalizados de admisibilidad, la inexistencia de criterios comunes para la definición de los casos, la ausencia de incentivos para que los trabajadores y las empresas soliciten la indemnización, la falta de detección por parte de los médicos de enfermedades profesionales crónicas con largos períodos de latencia y la larga duración del período que suele transcurrir entre la solicitud y la obtención de la indemnización. El resul- tado neto de estas limitaciones es que los sistemas de indemniza- ción de los trabajadores no registran muchas de las enfermedades profesionales.
Así, en un estudio realizado por Selikoff a principios del decenio de 1980, menos de la tercera parte de los trabajadores del sector del aislamiento de Estados Unidos que sufrían disca- pacidades causadas por enfermedades relacionadas con el amianto, tales como asbestosis y cáncer, habían solicitado las prestaciones de indemnización y aún menos habían recibido éstas (Selikoff 1982). En otro estudio realizado por el Departa- mento de Trabajo de Estados Unidos acerca de los trabajadores que declararon una discapacidad de origen profesional, se observó que menos del 5 % recibían las prestaciones pertinentes
(USDOL 1980). En un estudio más reciente realizado en el estado de Nueva York, se habló que el número de personas hospitalizadas por neumoconiosis superaba con creces el número de nuevos beneficiarios de las prestaciones de indemni- zación durante un período de tiempo similar (Markowitz y cols.
1989). Puesto que los sistemas de indemnización de los trabaja- dores registran episodios simples relacionados con la salud, como dermatitis y lesiones musculosqueléticas, con mucha más frecuencia que enfermedades complejas con largos períodos de latencia, el uso de esos datos da lugar a una imagen distorsio- nada de la verdadera incidencia y distribución de las enferme- dades profesionales.