viernes, 11 de febrero de 2011

Menoscabo e incapacidad (II)

El menoscabo y la incapacidad se pueden clasificar como temporales o permanentes, dependiendo de la probabilidad de que se produzca una mejoría significativa, así como de si se están poniendo en práctica controles de exposición eficaces en el lugar de trabajo. Por ejemplo, se suele considerar que una persona con AO inducida por un sensibilizante presenta un menoscabo permanente y total para cualquier trabajo que conlleve la exposición al agente causal. Si los síntomas se resuelven de forma parcial o completa después de la interrup- ción de la exposición, tales personas pueden clasificarse con menor o ningún menoscabo para otros trabajos. A menudo esto se considera un menoscabo/incapacidad permanente parcial, aunque la terminología puede variar. Un individuo con asma que se desencadena dependiendo de la dosis de irritantes presentes en el lugar de trabajo se consideraría que tiene un menoscabo temporal mientras estuviera sintomático, menoscabo que sería menor o nulo si se instalaran controles de exposición suficientes y éstos fueran eficaces para reducir o eliminar lo síntomas. Si no se ponen en práctica controles de exposición eficaces, el mismo individuo tendría que ser clasificado en el grupo de los menoscabos permanentes para trabajar en ese puesto particular, con una recomendación de ser retirado del trabajo por causas médicas. Si es necesario, puede llevarse a cabo una valoración repetida del menoscabo/incapacidad a largo plazo, dos años después de reducida o interrumpida la exposición, cuando sería de esperar que se hubiera estabilizado la mejoría del AO. Si el paciente continúa trabajando, debe realizarse una monitorización médica continuada y la nueva valoración del menoscabo/incapacidad debe repetirse según sea necesario.
Los trabajadores que quedan discapacitados a consecuencia de AO o de AAT pueden ser aptos para recibir una indemniza- ción económica por gastos médicos y/o salarios perdidos. Además de reducir de forma directa el impacto económico de la incapacidad sobre los trabajadores y sus familias, la indemniza- ción puede ser necesaria para proporcionar tratamiento médico adecuado, poner en marcha intervenciones preventivas y obtener una rehabilitación profesional. El conocimiento, por parte del trabajador y de su médico, de determinados aspectos medicolegales puede ser importante para asegurarse de que la evaluación diagnóstica cumple los requerimientos locales y no compromete los derechos del trabajador afectado.
Aunque las discusiones en torno al ahorro de costes a menudo se centran en la insuficiencia de los sistemas de compensación, la reducción genuina de la carga económica y de salud pública impuesta a la sociedad por el AO y el AAT no sólo depende de las mejoras de los sistemas de compensación sino, lo que es más importante, de la eficacia de los sistemas desplegados para iden- tificar, rectificar o prevenir por completo las exposiciones en el lugar de trabajo, que son las responsables de la aparición de nuevos casos de asma.

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